LA EXPERIENCIA.
No tenía ni idea de cuándo ni por dónde comenzar a escribir, pero de la nada comencé el año con ganas de vivir distinto, de vivir con ganas y se me hizo imposible eludirlo. No tengo propósitos de año nuevo, de hecho aún pienso si los voy a tener... -¡Descarada, ya casi es Carnaval!- Un día desperté y dije: esto tiene que cambiar.
Como les digo, tenía ganas de hacer cambios en mi vida y tener experiencias que aunque deseaba, no me atrevía -nada del otro mundo, pero saben que soy la exageración personificada-. Con esto quiero ponerme un poco reflexiva: muchas veces pasamos los días esperando que llegue "el día", excusándonos por el tiempo, el dinero, etc. Esta semana me di cuenta que quizá perdí muchos momentos de mi vida pensado que era lo que debía vivir y no, no era en absoluto así.
No sé como exponerles esto, pero la vida pasa muy rápido y muchas veces nos enrollamos pensando que quizás no la vamos a pasar bien, que es algo fuera de nuestra zona de confort, esto o aquello, y últimamente me he dado cuenta de varias cosas:
La primera es que los amigos verdaderos siempre van a estar allí, a veces cerca o lejos, bien o mal, tristes o felices, pero siempre dispuestos a compartir contigo. Después de mucho tiempo volví a ver a dos de mis amigas más cercanas y me sentí como puberta, pero mil veces mejor. El tenerlas y compartir con ellas fue parte de mi mayor felicidad porque sabía que verlas era el vivo reflejo de la confianza, de tener la posibilidad de ser tú misma aún siendo cruelmente bullyiada. Quizá esto sí es lo más importante, tener gente con quien puedas compartir tu vida libremente.
Lo segundo fue la apertura a la experiencia, salir con una sonrisa dispuesta a perder -en mi caso- el miedo a las alturas tirándome al agua desde un risco -no tan alto- y sintiendo ese vacío en el estómago que te hace sentir viva, con tantas ganas de comerte el mundo y volver a experiencias que no debí haber dejado ir.
Por último la posibilidad de conocer gente increíble, divertida y super amable, tanto así que sin conocerte bien te hace favores. A veces esta gente te hace reflexionar, pensar que tenías pensamientos errados y que no estaban saliendo las cosas tan bien como pensaste.
Esto se titula "la experiencia" por un chiste interno, aunque les comento que literalmente fue una experiencia.
Las fotos que les he anexado no son para nada las más lindas -de hecho tenía pensado hacer fotos pero no funcionó- les dejo unos retratos de espontaneidad que son pura diversion -con nuestro cuerpo de enero jajajaaj- y bueno, esto ocurrió en mi bonita Venezuela, Vargas - La Guaira.
No sé si les vaya a gustar lo nuevo que estoy planeando para el blog, pero es con un cariño inmenso y como lleva muchas horas de trabajo, no va a poder consumarse pronto, así que prefiero seguir escribiendo y que poco a poco vayamos evolucionando naturalmente. Lo que sí les digo es que esto va a ser más nuestro, más intimo. Nos leemos la semana entrante.
Como les digo, tenía ganas de hacer cambios en mi vida y tener experiencias que aunque deseaba, no me atrevía -nada del otro mundo, pero saben que soy la exageración personificada-. Con esto quiero ponerme un poco reflexiva: muchas veces pasamos los días esperando que llegue "el día", excusándonos por el tiempo, el dinero, etc. Esta semana me di cuenta que quizá perdí muchos momentos de mi vida pensado que era lo que debía vivir y no, no era en absoluto así.
No sé como exponerles esto, pero la vida pasa muy rápido y muchas veces nos enrollamos pensando que quizás no la vamos a pasar bien, que es algo fuera de nuestra zona de confort, esto o aquello, y últimamente me he dado cuenta de varias cosas:
La primera es que los amigos verdaderos siempre van a estar allí, a veces cerca o lejos, bien o mal, tristes o felices, pero siempre dispuestos a compartir contigo. Después de mucho tiempo volví a ver a dos de mis amigas más cercanas y me sentí como puberta, pero mil veces mejor. El tenerlas y compartir con ellas fue parte de mi mayor felicidad porque sabía que verlas era el vivo reflejo de la confianza, de tener la posibilidad de ser tú misma aún siendo cruelmente bullyiada. Quizá esto sí es lo más importante, tener gente con quien puedas compartir tu vida libremente.
Por último la posibilidad de conocer gente increíble, divertida y super amable, tanto así que sin conocerte bien te hace favores. A veces esta gente te hace reflexionar, pensar que tenías pensamientos errados y que no estaban saliendo las cosas tan bien como pensaste.
Esto se titula "la experiencia" por un chiste interno, aunque les comento que literalmente fue una experiencia.
Las fotos que les he anexado no son para nada las más lindas -de hecho tenía pensado hacer fotos pero no funcionó- les dejo unos retratos de espontaneidad que son pura diversion -con nuestro cuerpo de enero jajajaaj- y bueno, esto ocurrió en mi bonita Venezuela, Vargas - La Guaira.
Comentarios
Publicar un comentario